lunes, 8 de marzo de 2010

... Y los cielos se abrieron

Por fin, tras un mes sin dejar de llover, el tiempo nos dió una pequeña tregua y nos permitió continuar con las labores de nuestro querido y lento "Tambucho".


La batalla se desató a las 8:30 de la mañana del Sábado, alla estabamos todos preparados para recibir el primer material para poder hacer la solera de hormigón y mientras unos fuimos montando las hormigoneras y el material necesario para el trabajo, otros iban extendiendo la subbase de grava. Poco a poco el recinto encofrado se fué cubriendo y, con el primer envio, comenzó a rugir la maquinaria de la que pronto desfilaron las carretillas biniciales llenas de ese preciado hormigón.

Palada a palada, viaje tras viaje, la losa se iba formando, al principio rapidamente y poco a poco según avanzaba la mañana, las fuerzas flaqueaban y el ritmo recordaba aquellos viejos blues de los años 30.
Finalmente, las ganas pudieron con el cansancio y a eso de las 15:30 volcabamos la última carretilla de hormigón.

Como reza el dicho: Quien tiene un amigo, tiene un tesoro... De pasta estaremos todos tiesos pero de esto vamos sobrados y, como no, ahí estaban todos echando una mano, alguno hasta con fiebre. Gracias a todos y sobre todo al padre de Edu que es el maestro y se notó de verdad. No quiero ni imaginarme lo liso que lo podíamos haber dejado nosotros solos.
Ya queda menos !!!

2 comentarios:

C. Pita 10 de marzo de 2010, 15:28  

Oye luis en las dos fotos me pillaste de charla y sin currar....
Ya va quedando menos, en teoria esto era lo mas laborioso fisicamente

BarbaKana 11 de marzo de 2010, 15:38  

Que bueno...espero que controleis el fen sui bien,que no todo es contruir asi...a lo loco...Un saludo !!

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