Anda Vicky! parece que no has elegido el día...
Desde que empezó mi curso en la universidad abandoné mis deberes intentando imitar a Peggy. Siempre con la vuelta del mal tiempo desaparecen un poco las ganas de moverse, y con las bajas de los compañeros del grupo parece que se complican los ensayos.
Las cuerdas de las guitarras se están tensando y oxidando en el tambucho
Pasaron cerca de dos meses sin apretar la barriga para lograr ese "It's a wonder tall trees”
Esa tarde nada me detendría, no me importó coger el bus de las 4 y media para Valdoviño con un día de frío, lluvia y viento sin parar. Esas nubes negras no llegaron ni a intimidarme
El día anterior escuché los pocos ánimos de un compañero que se quejaba de que parecía que no tiraba la cosa. Yo sabía perfectamente que ninguna de sus palabras se van a hacer realidad. Es normal que alguien se desmoralice puesto que no es nuestra etapa de oro. Nos hemos acostumbrado a la fiesta que dimos en el verano y un tiempo de reflexión hasta parece que nos asusta.
Le escuché que había ensayo al día siguiente, y lo confirmé en la bandeja de entrada de mi correo.
No estábamos todos, no podía ser un ensayo completo, pero fue un ensayo.
Yo volví a entonar mis coros acompañados de la voz principal que interpretaba el solista, parecía que le costaba hacer las dos cosas a la vez en alguna estrofa pero al final juntamos perfectamente nuestras voces en una.
Ensayamos la rítmica, los punteos, las notas,tu por arriba y yo por abajo… Brevemente nos parábamos a que “el nuevo” cogiera rápidamente las notas de la siguiente canción. Y tras el descanso del cigarro, sentados cada uno en su silla, nos lo pasábamos genial componiendo música; alguien ponía un ritmo y los demás le seguíamos con lo que fuese.
En un momento, me sorprendí de lo que es capaz de inventar unas mentes sedientas para poder abrir una botella de vino, el resultado fueron dos ingenieros con un tornillo y un alicate en mano, ya no hace falta contar más
A lo mejor estoy exagerando un poco la historia para que quede más bonita. La moraleja de este relato es que pese a la tempestad se puede obtener un ensayo divertido, no hace falta esperar a que llegue la calma como diría el refrán.
A ver cuando vuelvo a llamar desesperada porque alguien me venga a rescatar en la parada del bus para no empaparme. Pero esa vez que sea con las 7 personas que tienen que ocupar el local
Aun hay tiempo para cumplir con todos los planes e ideas que tenemos. Aguantad chicos, que al final volveremos a gritar el keep on rockin desde un escenario